viernes, 13 de agosto de 2010

Aquel viejo reloj

Esa mañana en la que regrese a la casa de mis abuelos después de que fallecieran, abrí la puerta y entre, se sentía vacía pero aún conservaba ese olor a jazmín, la flor preferida de mi abuela; todo estaba en silencio y lo único que se escuchaba era ese sonido de aquel viejo reloj que por cierto era una reliquia familiar.

Sin dar espera entré y me acerqué al comedor y lo primero que pude observar fue la reliquia familiar, el abandonado reloj, parecía que mi abuelo aún le diera cuerda pues funcionaba perfectamente, el tic tac, tic tac, se escuchaba igual de fuerte y vigoroso como años atrás; recuerdo que mi abuelo giraba la corona una y otra vez para que éste funcionara.

Luego de echar un vistazo me senté en la misma silla que me sentaba cuando niña y en compañía del sonido del reloj comencé a recordar momentos maravillosos vividos con mis abuelos. Evoqué que cuando niña siempre me sentaba justo en frente del reloj para hacer mis tareas, lo miraba constantemente esperando la hora exacta para poderme ir a jugar pero siempre me quedaba dormida. Mientras recordaba aquellos momentos miré fijamente el reloj, me concentré en ese péndulo que se meneaba de un lado al otro, las manecillas se movían tan rápido y ese tic tac, tic tac constante hicieron que me quedara dormida como cuando era pequeña.

5 comentarios:

  1. En la actualidad el amor a escribir y dejar a flote las ideas que invaden nuestro ser se hace un poco dificil, por un monopolio, por una monotonia, por lo que sea, pero ahora nos intimida nuestro propio ser, nos da miedo estar en silencio y escuchar nuestros pensamientos...
    Este texto es una muestra viva de que aun estando en medio de un mundo consumidor hay una inspiracion al arte, a lo desconocido.
    Con una pequeñas palabras llenas de amor y sabiduria, o con unas palabras llenas de inspiracion podemos volver a escuchar ese tic tac que invade nuestro ser.

    ResponderEliminar
  2. Un texto que verdaderamente me cuestiono.
    Esperamos toda la vida que pasen acontecimientos importantes, cuando de repente llegan aquellos que nos marcan la vida sin esperarlos.
    Cuando se pierde a un ser amado nos damos cuenta cuán importante y valiosa fue su compañía y solo queda recordar los momentos bonitos que se pasaron al lado de ellos aun sin darnos cuenta que mientras esperábamos no valorábamos lo que teníamos y ya hoy no tenemos.
    Como pasan los días y aun seguimos esperando cuando podemos estar amando.

    Valoremos a esas personas que el dia de hoy nos acompañan, y seamos felices no importa la edad que tengamos.

    ResponderEliminar
  3. Luis Fernando Uribe18 de agosto de 2010, 22:33

    En ocasiones podemos recordar momentos de nuestra infancia; dónde hechos, objetos y claro está personas que nos acompañaron, han dejado hitos en nuestras vidas. Lo importante es aprender a fijarnos en aquellos detalles tan del común o hasta insignificantes como el reloj, para acercarnos con ello a remembranzas de felicidad o gozo que alguna vez tuvimos....que bello es recordar las visitas que de niños hacíamos a nuestros Papitos.

    ResponderEliminar
  4. Me cuesta ser breve… y quiero compartirles una cosa:
    No pude evitar q’ mis ojos se llenaran de lágrimas, a decir verdad nunca trato de hacerlo… me pareció leer parte de mi propia historia, apropiarme del personaje… fue inevitable en toda la lectura recordar a mi abuelito y claro su enorme reloj de pared. Ese q’ él y sólo él pudo hacer funcionar tantas veces, el q’ nos anunciaba las horas con campanadas fuertes, al que muchas veces en mi presencia tuvo q’ revivir dándole cuerda con la paciencia de aquel q’ sabe q’ aguardar q’ el cultivo dé sus frutos. Yo lo miraba con toda la curiosidad q’ tenemos los niños x las cosas q’ hacen los grandes… Ah, ah tiempos aquellos, tiempos en los q’ compartí tanto, tanto con mi abuelito :)
    Al poco tiempo de morir también se detuvo su reloj. Sí, nadie pudo devolverle el movimiento, ningún técnico, ni siquiera los tíos a los q’ tantas veces le explicó cómo darle cuerda y revivirlo cuando él ya no estuviera…
    Me inundaron las lágrimas al conocer ésta historia, verdadera o no me hizo feliz recordar a mi abuelito y esta particular escena de nuestras vidas; me alegra saber q’ muchos más han podido compartir momentos simples pero Hermosos con sus abuelos. Aprender a apreciar realmente lo q’ tenemos nos hará estar tranquilos al recordar lo q’ tuvimos. ;)

    ResponderEliminar
  5. Nostalgia en el corazón genera esta lectura! está muy linda! Evocar recuerdos dibuja sonrisas y melancolía! :)

    ResponderEliminar